Padre rico, hijo pobre

Recordemos que los hijos se forman y desarrollan a nuestra manera. Te aseguro que les puedes decir mil veces que no jueguen con fuego porque se pueden quemar, pero si por el contrario tú como su modelo a seguir, todo el tiempo estás jugando con lumbre, ellos lo van a intentar en la primera oportunidad que tengan o se les presente, te lo aseguro. Nuestras palabras tienen que ser coherentes con nuestras acciones. La mente de nuestros hijos no guardará ni dará importancia al millón de consejos que les demos, si los consejos no van acompañados de la acción con el ejemplo, enseñarles una buena educación financiera, que sepan desde pequeños a generar y sumar con la intención de multiplicar y no de restar.

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