Para que tus hijos alcancen una alimentación saludable y sostenible
Lo saludable no siempre es sostenible y lo sostenible tampoco tiene por qué ser saludable. Por eso, lo ideal es que consigamos aunar esos dos conceptos y consigamos transmitirlos a nuestros hijos. Comer de una forma sana y que no sea perjudicial para el medio es posible. Te contamos cómo.
Así es cómo tus hijos pueden llevar una alimentación sostenible y saludable
Según la definición de la FAO, las dietas sostenibles son aquellas que generan "un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable. Además protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles y nutricionalmente adecuadas, inocuas y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos".
¿No sabes por dónde empezar? Aquí tienes cinco ideas que te van a ayudar a conseguirlo.
- Planificar el menú semanal
No solo consiste en saber qué vamos a cocinar durante la semana, también ver qué alimentos tenemos ya para no comprar el doble, y sobre todo, que no se estropeen y acabemos tirándolos. Dale salida primero a lo que lleve más tiempo en la nevera y haz recetas de aprovechamiento, como las croquetas, con las sobras de otras comidas. Planificar el menú también nos puede servir para consumir una menor cantidad de energía ya que podemos llevar a cabo varias elaboraciones al mismo tiempo.
- Consumir alimentos locales y temporada
Los aguacates, por ejemplo, son muy saludables pero no es nada sostenible traerlos desde la otra punta del mundo. El tipo de cultivo y la cercanía a nuestro lugar de residencia deberían ser factores fundamentales a la hora de elegir un producto u otro. Cuando vayas a comprar, fíjate en el lugar de procedencia de los alimentos, no es lo mismo que se cultiven en Almería a que vengan de Colombia. No tiene por qué salir más caro, solo hay que prestar un poquito de atención. Si te resulta complicado encontrar productos nacionales en el súper prueba a buscar por Internet a productores locales que venden directamente sin intermediarios. El precio merece la pena y es más sostenible.
- Incrementar el consumo de legumbres
El consumo de carne no es sostenible. Producir el alimento que necesitan los animales es muy costoso además de lo que contaminan sus desperdicios. No te decimos que hagas vegetarianos a tus hijos pero sí que limites el consumo de carne. Puedes empezar poniendo en práctica los famosos Meatless Monday que creó Paul McCartney y que consisten en evitar el consumo de carne todos los lunes.
Pensarás, ¿y por qué sustituyo la carne? Lo más adecuado es cambiarla por las legumbres. Lentejas, garbanzos, judías… son fuente de proteínas y su cultivo es muchísimo más sostenible que el de carne.
- Sirve proporciones adecuadas
Si servimos mucha comida en el plato pueden suceder tres cosas: que nuestros niños coman más de lo que deben o que acabemos tirando las sobras y ninguna de esas opciones es sostenible ni saludable. La última es que conseguiremos angustiarnos si nuestro hijo tiene bajo peso y no se termina la comida. Lo mejor es hacer la comida justa para ese día o, si queremos, congelar de inmediato la ración extra que hayamos preparado; servir lo que nos vayamos a comer y si falta, repetir.
- Colaborar con la preparación y la limpieza
Implicando a los más pequeños de la casa en la planificación del menú, la compra, la preparación de los platos (en la medida que la edad de cada uno lo permita) y hablándoles de los alimentos que son o no saludables podemos marcar la diferencia. Las labores de limpieza posteriores, en las que podrán comprobar de primera mano que tirar comida no es agradable, también pueden suponer un cambio importante para ellos.
Lo que nunca debemos olvidar es que los niños aprenden de nosotros y que dando ejemplo con nuestra actitud, lo que les contamos y lo que nos ven hacer podemos conseguir que tanto ellos como nosotros nos alimentemos de una manera más sostenible y saludable.