“AHORRADOR”
Una historia real
Terminaba de cocinar la carne en la plancha cuando le oí meter la llave en la cerradura, llegaba del instituto y ese día entró silbando. O habíamos tenido buenas notas, o alguna adolescente nos había mirado con interés.
_ Hola mami- dijo con voz cantarina mientras rozaba mi mejilla con un beso.
_ Hola cariño, pareces muy feliz, ¿estás enamorado?
_ Nooo, ¿de dónde sacas esas ideas?, para ti solo puede haber felicidad en el amor.
_ Sí, llevas razón, algo de eso sí que hay en la loca cabeza de tu madre. Pero bueno, a lo que vamos, si no son las chicas, ¿son las notas?
_ Clinnn, ¡fallo!, tampoco son las notas.
_ Perdón, esto es una adivinanza, ¿o qué? – dije como si estuviera un poco molesta con el misterio de su alegría. Mientras, apagaba el fuego y me volvía de cara a él.
_ No, te lo iba a contar enseguida, pero me lo has puesto tan a mano que he entrado en tu dinámica.
_ Venga, tío, no te sigas enrollando…
_ Bueno, ¿te acuerdas de la cuenta de ahorro que me abrió el abuelo?
_ Sí, claro, donde te doblamos lo que te ahorras de tu paga y de los cumples y esas cosas.
_ Pues con lo que tenía ahorrado, he comprado ahora mismo acciones de RENFE.
_ ¡¿Quééé?!, ¿qué has hecho qué?
_ Comprar acciones de RENFE con mis ahorros, son a diez años.
_ Pero, si no puede ser, tú eres menor y no puedes sacar de esa cuenta sin autorización.
_ Es que no he sacado nada mamá, he invertido – lo dijo tan tranquilo, como si a sus catorce años recién cumplidos fuera un experto de Wall Street.
El caso es que estaba serio y contento; era plenamente consciente de lo que había hecho, sabía, con razón, que no era un acto punible. De pronto me sentí orgullosa de mi muchacho y se lo dije. Media hora después se lo decía también su padre entre risas.
Al abuelo se le cayó, una vez más, la baba.
Cuando cumplió los veinticuatro años y estaba a punto de casarse, el valor de las acciones había aumentado en: ¡ciento veinticinco por ciento! No se hizo rico, pero disfrutó al recoger ese dinero como no ha vuelto a disfrutar con ninguno del que ha ganado en los veinticuatro posteriores.
Nieves Doce Navío