No me voy a andar con rodeos
Antonio Moreno.¿Cómo conviertes una situación adversa en una positiva? ¿Cómo consigues evitar ese "NO" que te sale automáticamente cuando te pide algo tu hijo? ¿Cómo sustituyes en tu hijo la resignación ante una negativa por una bombilla que le lleve a pensar en cómo conseguir lo que quiere por su cuenta?
Cuando tus hijos te pidan algo, por favor, no le digas "no tengo dinero". Sé que es una respuesta fácil, rápida y automática.
Pero el niño no lo entiende.
No entiende que no tengas dinero cuando pagas con tarjeta.
No entiende que haya dinero para toda ese aburrido carro de la compra lleno de verdura, fruta y pescado y no haya dinero para chocolate, golosinas o patatas fritas.
Tu respuesta es automática y mejorable. Tu reacción es emocional y primitiva. Párate. Piensa. Racionaliza.
Prueba esta otra cosa. La próxima vez que tu hijo te pida algo, contéstale lo siguiente:
"Eso que propones me encanta. Cuesta mucho dinero. Tendremos que trazar un plan para reunir ese dinero. ¿Qué se te ocurre?"
Con esto, consigues un montón de cosas:
- Que el niño se plantee si realmente es algo que desea o si es un impulso. ¿Merece la pena ese plan que tiene que trazarse?
- Que el niño no perciba que el dinero es escaso. El mundo es abundancia y no debemos contribuir a forjarle creencias limitantes.
- Que el niño no se resigne. Si le dices que no hay dinero, el niño ve que se da carpetazo al tema y que no hay más que hacer. Resignación. Depende de la voluntad de alguien superior (el padre hoy, un jefe y el Estado mañana). No está en su mano.
- Que en el niño se despierte la chispa del emprendimiento. Decirle que hay que hacer un plan le involucra directamente. Le hace pasar de la posición pasiva (alguien que recibe dinero para comprar lo que quiere) a una posición activa (debe formar parte de la solución). Que está en su mano.
Pongámonos en la mente de los niños y no dejemos que crezcan con los lastres con los que han crecido sus padres.
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